A la hora de alquilar una vivienda, ya sea desde el punto de vista del inquilino o como casero, es importante que conozcas las responsabilidades legales de ambas partes. Digamos que, cada figura tiene sus propias obligaciones y es importante ponerlas sobre la mesa para salir de dudas. Descúbrelo.
Responsabilidades del propietario vs inquilino de una vivienda
En un contrato de alquiler hay dos partes, el inquilino o arrendatario y el propietario o arrendador. Cuando estas dos partes firman un contrato de arrendamiento, se convierten en sujetos de derechos y obligaciones específicas que deben ser respetados para garantizar la legalidad del alquiler.
Entre las cláusulas más destacadas en un contrato de alquiler que confieren derechos y obligaciones tanto al inquilino como al propietario, se encuentran las siguientes:
- Duración del contrato de arrendamiento
- Importe del alquiler y de la confianza
- Cláusula de subarrendamiento o no subarrendamiento
- Causas de finalización del contrato
Estas son las cláusulas generales que a menudo encontramos en los contratos de arrendamiento, pero cada una de las figuras posee obligaciones concretas.
Obligaciones del inquilino
En lo que respecta al inquilino, tras firmar el contrato de alquiler, pasa a tener el derecho de uso y disfrute del inmueble arrendado, lo que significa que puede entrar a vivir en la vivienda desde la firma. Sin embargo, también tiene la obligación de preservar el estado de la propiedad en la medida de lo posible y de notificar al propietario cualquier daño o desperfecto que ocurra durante su estancia.
El inquilino tiene derecho a que el propietario no entre en su vivienda sin previo aviso. El inquilino también debe pagar las mensualidades y la fianza correspondiente, pero también tiene el derecho de finalizar el contrato y dejar la propiedad a partir de 6 meses desde la firma del contrato (según lo que se haya estipulado en el contrato).
Obligaciones del casero
Por otro lado, el propietario de la vivienda arrendada también adquiere una serie de derechos y obligaciones como arrendador. En primer lugar, tiene el derecho de recibir el pago mensual acordado por el alquiler de su propiedad. Además, debe garantizar que la propiedad se mantenga en condiciones de habitabilidad.
El arrendador tiene la obligación de mantener la propiedad en condiciones adecuadas para su uso y disfrute, lo que implica que debe hacer frente a los posibles gastos de mantenimiento y reparación de la propiedad, a menos que los daños sean resultado de un mal uso por parte del inquilino.
Por ejemplo, no es lo mismo que rompa la lavadora a que sea el inquilino quien haya roto la lavadora por un mal uso. Si se produce un daño debido al mal uso de un electrodoméstico por parte del inquilino, éste deberá asumir los costes de la reparación. Pero es algo que a priori se puede negociar.
Sin embargo, si se trata de daños causados por el desgaste normal o debido a problemas estructurales, el propietario es responsable de realizar las reparaciones necesarias.
El propietario también tiene el derecho de ajustar el importe del alquiler, siempre y cuando así lo haya indicado en el contrato de alquiler correspondiente. En ese caso, el inquilino está en su derecho de aceptar o rechazar el aumento del alquiler; incluso podría dejar la vivienda de no estar de acuerdo con la subida.
Por último, si el inquilino incumple ciertas cláusulas del contrato, como el impago o el subarrendamiento (siempre y cuando no esté permitido), el propietario puede echarlo.
¿Te ha quedado alguna duda? Como ves, ambas partes tienen una serie de responsabilidades legales que hay que cumplir. Normalmente, no hay problema, pero es importante poner todo esto sobre la mesa para estar al día y salir de dudas.