Hoy en día, principalmente en los cascos históricos de las ciudades, se suelen realizar distintas rehabilitaciones en viviendas históricas. ¿En qué consiste todo el procedimiento? Sal ahora mismo de dudas.
¿Qué es la rehabilitación de viviendas históricas?
La restauración y conservación de edificios históricos es muy importante, dado que estos edificios representan un gran valor histórico y cultural que merece la pena conservar para mantener en perfectas condiciones. Es patrimonio de las ciudades y de los barrios, y sube el valor de los mismos.
Muchos de estos edificios están catalogados como bienes de interés cultural. Incluso son de interés turístico y reciben la visita de los turistas, para contemplar su belleza y todo lo que supuso en la historia.
¿Qué objetivos tiene la rehabilitación de edificios históricos?
Principalmente, lo que se busca es prolongar la vida útil de estructuras antiguas de gran valor patrimonial, conservando su esencia histórica y arquitectónica.
En este procedimiento, se llevan a cabo distintas tareas como la limpieza y reconstrucción de fachadas o la reparación de desperfectos como grietas o incluso solventar otros problemas como humedad y filtraciones.
¿Cómo se lleva a cabo la rehabilitación de viviendas históricas?
Es un procedimiento que sigue una serie de pasos. Lo primero es conocer y respetar las leyes de Patrimonio Histórico al restaurar la apariencia original del edificio.
Es fundamental utilizar materiales compatibles con los originales, para garantizar la durabilidad de la rehabilitación y respetar la estética y el valor histórico del edificio, para que la obra no haya sido en vano. También es necesario usar maquinaria especializada, de la mano siempre de personal cualificado.
El proceso de rehabilitación se puede dividir en seis fases, las siguientes:
- Diagnóstico del estado del edificio histórico: la empresa encargada debe realizar una revisión para identificar anomalías y desperfectos en el edificio, para conocer en detalle el estado de la fachada y la estructura interna.
- Elaborar un proyecto de reforma: este informe detalla las soluciones a las deficiencias encontradas durante el análisis. Normalmente, incluye una memoria, cronograma, planos, mediciones y cambios, junto con un plan de trabajo donde se establecen las pautas a seguir y los materiales necesarios para una rehabilitación adecuada.
- Crear un presupuesto: junto con el análisis del estado del edificio y el proyecto de reforma, es recomendable presentar un presupuesto de obra. De esta forma se puede conocer la inversión total para realizar la rehabilitación.
- Solicitud de trámites: antes de comenzar las obras de rehabilitación de los edificios históricos, es fundamental cumplir con las leyes urbanísticas y obtener los permisos necesarios según la comunidad autónoma y las normativas municipales vigentes. Es imprescindible contar con la licencia expedida por la autoridad competente.
- Ejecución de la rehabilitación: si el proyecto sale adelante, entonces se procede a iniciar las obras siguiendo los plazos previstos y utilizando los materiales compatibles acordados.
- Finalización de obras: una vez el proyecto está listo, la empresa responsable firma un documento de finalización de obras, que muestra la fecha de terminación, el importe total y la declaración de entrega de la obra.
Como ves, la rehabilitación de edificios históricos puede ser un proceso de gran envergadura, mucho más de lo que a priori pueda parecer. Además, no todas las restauraciones y rehabilitaciones son iguales ni tienen la misma complejidad. También puede variar el proceso y los trámites dependiendo de la localidad en la que se encuentre.
Al final, de lo que se trata es de devolver estos edificios a su estado original, al menos en la medida de lo posible, preservando su historia y esencia, para que no se pierda con el paso del tiempo. Una forma de que los ciudadanos y los turistas puedan seguir disfrutando de estas piezas de gran patrimonio cultural y artístico para las ciudades.